TRABAJO EN EL SACO
El saco constituyó un elemento auxiliar de gran interés en el entrenamiento del karate, puesto que cumple una doble función, una físico-técnica y la otra psíquica. El valor psíquico viene dado por la afirmación íntima de la eficacia de los ataques, la cual, después de entrenar al aire o con un control muy cuidado frente a un compañero, muchas veces entra en crisis y hace pensar al alumno si realmente todo lo que está aprendiendo tiene una validez práctica, por este motivo el saco representa la respuesta a sus dudas.
En el orden físico-técnico ayuda tanto al desarrollo de la potencia muscular, como al mejoramiento en la ejecución, especialmente en lo referente al equilibrio en el momento del impacto, y a la situación del peso, dentro del centro de gravedad, con el fin de evitar el rechazo al chocar con él y debilitarse la posición.
Normalmente se utiliza como entrenamiento de los ataques de pie, en todas sus variantes. Aunque algunas veces se entrenen los puños, esto no ocurre con frecuencia, ya que tanto por tradición, como por las especiales características de los ataques, estos entrenamientos se hacen en el makiwara.
Al golpear debe prestarse especial atención a la posición de los dedos, contraídos con fuerza y elevados, y al afianzamiento de las articulaciones del tobillo y la rodilla en el momento del impacto, pues ambas pueden dañarse.