EL ORIGEN DEL “EGAMI KARATE”
La Forma y el Estilo
Shigeru Egami joven Me temo que haya entretenido demasiado al lector con este larguísimo prólogo. Pero lo creo necesario para que pueda entender mejor cómo el señor Egami dio el primer paso hacia el nuevo horizonte que marcaría años más tarde su propio estilo de Karate.
El boicot del funeral por la Kyokai sacudió y sorprendió a todos nosotros y nos dejó huellas profundas; a Egami le marcó más que a nadie, llegando a mantener con él la siguiente conversación:
“Oye, Hironishi, explícame bien por qué la Kyokai se ha portado así”.
“Yo no lo sé! Cómo puedo explicártelo si no puedo creérmelo yo mismo?”.
Aquella dura experiencia fue el primer paso hacia el nuevo horizonte que marcaría el “Egami Karate”. El recibió el impacto con todo el cuerpo y el alma y respondió brillantemente.
En los años de plena guerra nuestra conversación siempre giraba en torno a los katas y sus movimientos. El pensamiento de Egami se resumía de esta manera: “Los katas deben ser movimientos llenos de energía vital. no deben ser meros movimientos” .
Sus ideas revolucionarias estaban aún en estado embrionario y requerían algunos años para plasmarse en los Taikyoku, Chinokata y Tennokata. Cuando consiguió dominar estos movimientos, pudo practicar el Taikyoku con total libertad dominando su cuerpo a la perfección, llegando a revolucionar inevitablemente los katas tradicionales.
Su punto de vista original chocó de frente con los principios que mantenía la Kyokai obstinadamente, ya que para dicha asociación los katas eran “sagrados”, intocables y no debían modificarse. Había que respetarlos tal y cual estaban y practicarlos siempre de la misma forma.
Esta inflexibilidad fue la misma que llevó a la Kyokai al boicot de los funerales del maestro … Después de reponerse de aquella dura experiencia, así interpretó Egami la actitud de la Kyokai, no sé si él acertó o no con esta opinión y no me importa eso, lo cierto es que él dejó a la Kyokai en el olvido y empezó a desarrollar libremente sus ideas; se dedicó a enseñar su método a sus alumnos.
En el Budismo se dice que el alma quiera expresarse con forma y la forma requiere alma. Lo ideal sería así, pero en realidad la forma suele olvidarse del alma y quiere mantenerse por sí sola. Los templos (forma) se olvidan de Buda (alma) y sólo hacen gala de la belleza y la grandeza de su estructura.
La forma y el alma son como uña y carne, pero no debe aferrarse a una misma forma. Dicho de otra manera no debe divinizar la forma. El alma, si evoluciona constantemente, no dejará de buscar una nueva forma con la cual expresarse mejor. Hay que romper la actual y tomar otra. Por ello la postura de la Kyokai es totalmente desenfadada.
Ahora recuerdo tus ojos brillantes, propios de un entusiasta, los dedicados con devoción a un noble objetivo. También tu frase favorita “Toda mi vida es puro entrenamiento”. Siempre estabas rodeado de alumnos, pero nunca te perdías por la vanidad, pues decías que tus golpes los debías a Okuyama (condiscípulo más jóven que tú) y mencionabas esta frase repetidas veces para, inconscientemente evitar cualquier divinización. Así has sido siempre, libre de vanidad…”
Sú karate supera ampliamente el nivel del karate tradicional por su calidad y sus conceptos. A nivel técnico destaca el MAAI, que nadie ha podido alcanzar con su perfección. Su impecable Maai permite a uno, frente al contrincante, superarle antes del combate. Esta superioridad mental caracteriza su karate y testifica el inmenso valor.
Comentario del Maestro Hironishi, actualmente presidente de la Asociación Internacional de Shoto-kai con sede en Japón, único superviviente de los doce 5tos danes que existian al final de la segunda guerra mundial.
